El primer módulo ha sido denominado La pedagogía San Ignacio de Loyola: Vida y Obra. Busca mostrar el punto de partida de toda la espiritualidad ignaciana y cómo ha emergido de la vida de San Ignacio de Loyola. Entender el modo en el que Dios se reveló en el diario del Peregrino, es el pórtico de entrada a la comprensión de la espiritualidad que ha guiado el modo de proceder de la Companía de Jesús desde su fundación en el 1540.
Tras culminar la participación en este módulo el participante contará con un manejo adecuado del lenguaje ignaciano, el proceso de conversión de la vida del santo y la manera como el Señor irrumpió en su vida, por tanto, se ha de comprender la lógica que opera en las obras jesuíticas, puesto que la vida de San Ignacio marcó la estructura de la Compañía de Jesús y las obras que de ella se desprenden.La Pedagogía Ignaciana es una propuesta educativa que surge de la vida y obra de San Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús. Esta propuesta se ha ido actualizando a lo largo de la historia, respondiendo a los desafíos y oportunidades de cada época y conservando su núcleo esencial. Los orígenes de la Pedagogía Ignaciana se remontan al siglo XVI, cuando San Ignacio de Loyola plasmó las bases de la Compañía de Jesús y su misión educativa en las Constituciones y las Cartas. Inspirado por su propia experiencia de conversión y discernimiento espiritual, plasmada en los Ejercicios Espirituales, San Ignacio concibió un modelo educativo centrado en la formación integral de la persona, buscando desarrollar no solo el intelecto, sino también el corazón y la voluntad.
Uno de los grandes deseos manifestado por docentes que empiezan a familiarizarse con la pedagogía ignaciana es ¿cómo aplicar los 5 momentos del paradigma pedagógico ignaciano (PPI) en el aula? Este tercer módulo nos ayudará a comprender los elementos esenciales que componen cada uno de los 5 momentos, las acciones que le corresponde desempeñar al docente, como guía y orientador del proceso formativo, y las acciones del estudiante como sujeto activo de su aprendizaje. Al mismo tiempo descubriremos la correlación que se dan entre los cinco momentos del paradigma pedagógico ignaciano y las diferentes actividades que conforman un plan de aprendizaje.
La enseñanza basada en metodologías activas es una enseñanza centrada en el estudiante, en su capacitación en competencias propias del saber de la disciplina. Estas estrategias conciben el aprendizaje como un proceso constructivo y no receptivo. Estas metodologías enfatizan que la enseñanza debe tener lugar en el contexto de problemas del mundo real o de la práctica profesional. Se deben presentar situaciones lo más cercanas posibles al contexto profesional en que el estudiante se desarrollará en el futuro. Una de las razones principales para pasar a metodologías activas es un deseo genuino de proporcionar a los estudiantes una comprensión más profunda. En muchos casos los estudiantes simplemente recuerdan lo que necesitan saber para el examen y no logran establecer conexiones entre los cursos. Las investigaciones han demostrado que los estudiantes retienen muy poco de lo que se les enseña en un formato de conferencia tradicional (Duch et al 2001).
Las metodologías activas ofrecen una alternativa atractiva a la educación tradicional al hacer más énfasis en lo que aprende el estudiante que en lo que enseña el docente, y esto da lugar a una mayor comprensión, motivación y participación del estudiante en el proceso de aprendizaje. En este Módulo IV, se quiere estudiar esta temática y resaltar la transición de un modelo de educación centrado en la enseñanza a uno centrado en el aprendizaje implica un gran “cambio cultural” para el IPL como institución educativa que ve en la Metodología activa una estrategia interactiva que viene a favorecer la comunicación profesor-estudiante, estudiante-estudiante, estudiante-material didáctico y estudiante-medio, que potencia la implicación responsable de este último y conlleva la satisfacción y enriquecimiento de docentes y estudiantes (López, F. , 2005).”